El año 2022 me fue muy bien en cuestión de lecturas. En otros ámbitos no tanto, pero bueno, eso es otro tema.
Con respecto a mis lecturas, leí cuatro autoras Premio Nobel de Literatura y otros libros sobre gatos y la Revolución Mexicana. Hice un video al respecto, aunque les puedo compartir el resumen escrito.
Coméntenme qué libro fue su favorito en 2022, si coincidimos en alguno y cuál me recomiendan para este nuevo año.
Como saben, me encanta explorar varios géneros, así que divido mis lecturas en estas categorías: novela, cuento, otros géneros y poesía, este al final porque dos de los poemarios que leí dejaron una hermosa huella en mi corazón.
📚 NOVELA
El acontecimiento, Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022. La protagonista cuenta su experiencia de practicarse un aborto en un entorno hostil en la década de los 60, en Francia.
El corazón es un cazador solitario, Carson McCullers. Seguimos a cinco almas solitarias: una adolescente, un doctor afrodescendiente, un marxista, un cantinero y un mudo, en un verano al sur de Estados Unidos, en los años 30.
Los recuerdos del porvenir, Elena Garro. La gran novela de esta autora mexicana, donde el protagonista es el pueblo de Ixtepec, durante la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera.
Pedro Páramo, Juan Rulfo. Una novela sobre las consecuencias del machismo en todo un pueblo.
Gatos ilustres, Doris Lessing, Premio Nobel de Literatura 2007. La escritora nos cuenta la vida de los gatos que más ha amado.
Miau, Benito Pérez Galdós. La familia de los Villaamil ha llegado a un momento de precariedad del que es difícil salir.
La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero. Una novela sobre el duelo de Madame Curie pero también del amor a su ciencia.
Una novela criminal, Jorge Volpi. Crónica detallada sobre el montaje de un secuestro que llevó a la cárcel a Florence Cassez e Israel Vallarta.
📚 CUENTO
Catwings. Las aventuras de los gatos alados, Úrsila K. Le Guin. Cinco cuentos sobre una familia de hermanos gatos que han nacido con alas y su búsqueda de un hogar.
La cruzada de los niños, Marcel Schwob (Vientos del pueblo). Una crónica ficticia sobre una peregrinación de niños que viajan de Europa a Jerusalén.
De noche vienes, Elena Poniatowska (Vientos del pueblo). Esmeralda, una enfermera de la Ciudad de México, es acusada de poligamia. En un tono divertido y satírico se nos cuenta su declaración en el Ministerio Público.
Fusilados, Nellie Campobello (Vientos del pueblo). Fragmento de la obra Cartucho, sobre los soldados y guerrilleros de la Revolución Mexicana en el norte de México.
Felicidad y otros cuentos, Katherine Mansfield. Un conjunto de narraciones sobre la intimidad familiar y la subjetividad de las mujeres. Con muchos finales inesperados.
📚 OTROS GÉNEROS
Emma y las otras señoras del narco, Anabel Hernández. Crónica sobre las relaciones de mujeres famosas, políticas y operarias de los cárteles del narcotráfico en México.
La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura, 2015. Recopilación de testimonios sobre las mujeres de la URSS que participaron en la Segunda Guerra Mundial así como las consecuencias vitales, psicológicas y materiales que conlleva.
El hombre en busca de sentido, Víktor Frankl (A raíz de mi lectura de La bailarina de Auschwitz de Edith Eger). La experiencia del autor en los campos de concentración de la SGM.
Sensacional de escrituras, Alejandra Eme Vázquez et al. Un ensayo lúdico sobre las implicaciones de la escritura. Incluye ejercicios, test y cuestionamientos filosóficos.
La mujer invisible. Cómo los datos configuran un mundo diseñado por y para los hombres, Caroline Criado Pérez. Expone las causas y consecuencias de un mundo diseñado a imagen y forma masculina.
Trabajos de mierda de David Groeber, una reflexión sobre los trabajos diseñados para aumentar la burocracia por una mala paga, y con ello abonar a la estratificación del trabajo, la precarización laboral y la desigualdad social.
📚 POESÍA
El libro de María, Rainer María Rilke. Episodios sobre la vida de María, la madre de Jesús.
Elegías de Duino, versión de Juan Rulfo, Rainer María Rilke. Asombroso.
Noche fiel y virtuosa de Louise Glück. Se explora el tema de la vejez y me llamó grandemente la atención que se usa una voz poética masculina, un alter ego de la poeta. Es una lectura que recomiendo para quienes conozcan a Louise Glück o para quienes se interesen en los temas de la vejez y la finitud de la vida.
Las clases de literatura de Julio Cortázar se han convertido en un libro indispensable para cualquier lector asiduo al escritor argentino y, por supuesto, para los interesados en el arte del cuento.
Fuente: El Faro Luz y Ciencia, miércoles 19 de septiembre de 2022,Ciudad de México
Por: Drusila TorresZúñiga
Tiempo de lectura: 6 mins.
En los cursos que impartió Julio Cortázar en la Universidad de Berkeley el maestro argentino ilustró a su audiencia con la estructura psicológica de la técnica que logró caracterizar al llamado «boom latinoamericano»
Como hemos mencionado anteriormente (véase publicación del 7 de septiembre), el movimiento denominado «boom latinoamericano» trajo consigo el reconocimiento internacional de autores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Julio Cortázar, entre otros. Uno de los aspectos más fascinantes de esta literatura fueron los elementos estilísticos que los escritores desplegaron en su obra, además de las historias fascinantes que narran a través de sus páginas. Otro aspecto de atención singular se relaciona con que estos autores no se limitaron al género de la novela, sino que exploraron subgéneros…
Creo que las lectoras y lectores de mi generación sabíamos muy poco de este vínculo. Recomiendo ampliamente la lectura de Hijos de la medianoche y Los versos satánicos.
Fuente: El Faro Luz y Ciencia, miércoles 7 de septiembre de 2022,Ciudad de México
Por: Drusila Torres
Tiempo de lectura: 9 mins.
El escritor Salman Rushdie fue víctima de un ataque el pasado 12 de agosto, en el Instituto Chautauqua, al oeste de Nueva York, mientras esperaba ser anunciado para brindar una conferencia sobre autores en exilio y la libertad de expresión. Varios testigos señalan a Hada Matar, un joven de 24 años, estadounidense de origen libanés, como el agresor. En una entrevista para el New York Post, se preguntó al joven si conocía la obra del autor, ante lo cual contestó que solo había leído un par de páginas, que lo había escuchado hablar en ciertas conferencias vistas en internet y que le parecía un escritor falso. Resulta alarmante que las ideas petrificadas y el nulo interés en la búsqueda de la verdad, desemboquen en una…
Elena Garro fue una de las grandes y poco frecuentadas virtuosas del siglo XX literario y político.
Fuente: El Faro Luz y Ciencia, miércoles 7 de septiembre de 2022,Ciudad de México
Por: Drusila Torres
Tiempo de lectura: 5 mins.
Figura emblemática y precursora del «boom latinoamericano», Elena Garro mantiene no solamente su vigencia sino que comienza a ser estudiada y leída con mayor profusión en los círculos de literatura mexicana e internacional.
Cuando se oye hablar del «boom latinoamericano» en nuestro imaginario prefiguran los títulos de las novelas distinguidas no solo por su popularidad sino por su calidad narrativa, por ejemplo Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, Rayuela de Julio Cortázar, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, entre otras; sin embargo, es menos común asociar alguna autora con este movimiento literario, que se convirtió en una plataforma para que los autores…
Antes de terminar de estrenar el 2022 (y que mi agenda se vuelva a llenar de trabajos) quiero compartir un breve resumen de los libros que leí el año pasado. Me siento bastante contenta con las lecturas que concluí, porque desde que me titulé (hace más de una década), no había conseguido ir más allá de los 10 ejemplares por año. Ni siquiera en el 2020, cuando el entusiasmo lector era bastante contagioso (también), logré encontrar esas horas de ocio (aunque luego descubrí que realmente se requiere un poco de disciplina) para cumplir mi propósito de lectura en Goodreads, la app en donde registro mis lecturas.
Esta racha fue posible, no puedo evitar mencionarlo, gracias a las plataformas de audiolibros, que me permitieron escuchar varias novelas y textos completos en aquellas horas de fin de semana dedicadas a las tareas domésticas. En mi experiencia personal, el audiolibro es una opción con la que podemos explorar la escucha atenta y la memoria auditiva.
No se diga más. Compartiré mis lecturas del 2021, clasificándolas de las menos interesantes a las más recomendables.
Comienzo con los libros que me decepcionaron. Lo siento. Y explico por qué.
*El matrimonio de los peces rojos, Guadalupe Nettel. Cuentos de contextos demasiado alejados de mi realidad (fifís). En estos momentos no logro recordar la trama de uno solo.
*Zapata, Pedro Ángel Palou. Hay demasiadas biografías de Emiliano Zapata, cada una con su toque de exageración y mito. Considero que se pueden consultar otros materiales, fundamentados históricamente, que aportan al conocimiento de este personaje.
*Tsunami, Gabriela Jáuregui (ed.). Antología de ensayos de varias escritoras mexicanas. Se vende como un libro feminista pero no es tal. Es una recopilación de ensayos sobre las experiencias de ser mujer en diversos contextos: personal, académico, literario y cultural. Ninguna de las autoras (del primer tomo) demuestra un conocimiento que no sea mainstream (por no decir liberal) de las diversas teorías feministas. Además, se evidencia la balanza hacia ciertas tendencias ideológicas y grupos intelectuales; casi como en las elites masculinas.
*Noches blancas, Fiódor Dostoievsky. La descripción de las calles de San Petersburgo, los diálogos y la configuración de los personajes son magistrales. No así el plot: un joven acosador que persigue a una muchacha durante varias noches y al final se enoja porque no corresponde a su amor. Hice un video al respecto.
*Había mucha niebla o humo o no sé qué, Cristina Rivera Garza. Más o menos el mismo sabor de Zapata. Se puede recurrir a otros materiales, mejor documentados, para conocer la biografía de Juan Rulfo. En primer lugar, las entrevistas que autor dio en vida; en segundo lugar, la obra de Alberto Vital y, en tercer lugar, el documental “100 años de Juan Rulfo” (Amazon Prime). Con respecto al contenido del libro, no veo por qué especular sobre las buenas o malas intenciones del escritor.
Después de tanto coraje, pasemos al disfrute.
Los poemarios que leí este año, todos ellos potentes
*Soy vertical, pero desearía ser horizontal, Sylvia Plath. Antología de bolsillo. Los comentarios dicen que la traducción no es la mejor, pero a mí me pareció aceptable y me llevó a leer otras obras de la autora.
*Barranca, Diana del Ángel. Un hermoso poemario sobre la nostalgia de la juventud. Imágenes poéticas originales y conmovedoras.
Periodismo y literatura, una de mis combinaciones preferidas
*Pedro Infante. Las leyes del querer, Carlos Monsiváis. Me costó mucho trabajo avanzar debido al estilo tan imbricado de la narración, pero al final considero que es una excelente pieza sobre el cine mexicano de la época dorada y, por supuesto, sobre el intérprete, a quien, agradezco, desmonté del pedestal donde lo tenía.
*Los demonios del edén, Lydia Cacho. Llegué con años de retraso a este texto pero lo considero fundamental para reconocer las violencias a las que son sujetas las niñas, niños y mujeres en el ámbito de la explotación sexual y la justicia.
*Procesos de la noche, Diana del Ángel. Un trabajo de acompañamiento a víctimas que se vuelve una crónica sobre la (injusticia) búsqueda de la justicia. Indispensable para conocer una parte de la historia de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
*Los suicidas del fin del mundo, Leila Guerrero. La Patagonia parece un lugar místico pero demuestra su crueldad cuando eres joven, pobre y sin oportunidades de empleo.
Clásicos, por algo será
*La peste, Albert Camus. Una historia sobre la separación y sobre cómo los seres humanos actuamos inconscientemente, de acuerdo con nuestro rol en el gran sistema social. Esclarecedor para este tiempo.
*Matar a un ruiseñor, Harper Lee. Es una historia sobre el racismo y llama la atención que el personaje sobre el que se cometen tantas injusticias casi no aparezca. El libro está narrado desde la postura de una niña que observa las contradicciones éticas de la sociedad. Con esa inocencia todo parece tan obvio.
*Drácula, Bram Stoker. Demasiado “las mujeres deberían ser así y asado”. Omitiendo ese gran detalle, se sostiene, para dejarnos apreciar el conflicto aún existente entre la superstición y la ciencia, y sobre cuál explicación resulta más satisfactoria.
Best seller que valieron la pena
*Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi Adichie. Una exposición sencilla y clara de a qué nos referimos cuando estamos defendiendo los derechos de las mujeres.
*Por qué dormimos, Matthew Walker. La importancia de dormir tus ocho horas y qué pasaría si el mundo girara alrededor de esta premisa.
*Hábitos atómicos, James Clear. Pensamiento neoliberal pero con buenos consejos para crear disciplinas y lograr objetivos cotidianos. Ya qué.
Libros de historia que no me aburrieron
No es que la historia sea una materia aburrida, por el contrario. Sin embargo, tengo una complicación personal para entender esta disciplina. Me cuesta recordar tantos eventos y nombres, por ello me alegro cuando encuentro un texto que logro concluir.
*Nuestra historia narcótica: Pasajes para (re) legalizar las drogas en México, Froylán Enciso. El consumo de drogas estuvo legalizado unos días y después ya no. Con los años, un problema de salud pública se ha convertido en un entramado de corrupción, contrabando internacional y herramienta política de control y muerte. Salgamos de esto.
*Historia mínima de México, Daniel Cosío Villegas. Un panorama de la historia nacional y la sensación de que repetimos la misma dinámica: conservadores (los que quieren una nación súbdita) contra progresistas (los que quieren un gobierno soberano).
Agradables descubrimientos literarios
*Kintsugi, Maria José Nava. Autora chilena. Novela breve sobre la vida de las mujeres de una familia y cómo el destino las llevó a un futuro tan lejano y tan solo.
*Alias Grace, Margaret Atwood. Basada en la historia real de una joven canadiense del siglo XIX, acusada de doble asesinato. ¿Será o no será? Estilo: cartas, pensamientos y notas médicas. Tiene su serie en Netflix.
*Si no te gusta, no me hables. Antología de ensayos feministas, Anaclara Muro, et al. Me agradó bastante porque, al ser una publicación no comercial, las autoras no buscan “quedar bien” con ningún grupo en específico y eso les permite compartir su postura feminista de forma sincera y con fundamento teórico, cuando es necesario. Se agradecen estos materiales.
*Pájaros en la boca, Samanta Schweblin. Antología de cuentos inquietantes. Breves y altamente recomendables.
*Sylvia Plath y Ted Hughes: ¿genio y musa?, ¿genia y muso?, ¿genia y genio?, Laura Freixas. Lo leí cuando tenía otro título. Es un material que explora los últimos días de la escritora, con base en su diario, y reflexiona sobre el estado mental y la falta de redes de apoyo que padecen algunas mujeres (y algunas escritoras).
*Patriarcado y capitalismo. Feminismo, clase y diversidad, Josefina Luzuriaga Martínez, Cynthia Luz Burgueño Leiva. Fundamentos teóricos sobre el feminismo marxista y socialista. Aunque no concuerdo con la postura de llamar “trabajo sexual” a la explotación con fines sexuales del cuerpo de las mujeres, es un buen texto para el estudio del feminismo. Se agradecen estos materiales.
Otros libros que leí
*Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enríquez. En casi todos los cuentos tuve la misma sensación: comienzan bien pero terminan de manera apresurada.
*Siete casas vacías, Samanta Schweblin. Cuentos un poco más largos que Pájaros en la boca y casi todos con una estructura similar, pero las imágenes continúan siendo inquietantes.
*La novela femenil y sus lectrices, Laura Freixas. Exploración sobre la interpretación y crítica de la obra literaria escrita por autoras españolas. Nos sirve para evitar comentarios misóginos en el análisis literario. Sería interesante un estudio igual pero aplicado al contexto mexicano.
*Contra los hijos, Lina Meruane. Como ensayo me parece un ejercicio intelectual bastante atrevido. La autora no romantiza nada y eso se agradece. Aunque al final algunos argumentos van en contra de los derechos de la niñez y eso se vuelve problemático.
Mis favoritos, favoritos del 2021
*Ariel, Sylvia Plath, editorial Nórdica. No podía leer más de tres o cuatro poemas al día. Después me quedaba pensando largo rato. Cada una de las sensaciones se potencia con la elección minuciosa de las palabras.
*El cuento de la criada, Margaret Atwood. La obra que ya se escapa de las manos de la autora. Aunque ella no quiera decir lo que dijo, ahí está, claro y fuerte.
*En busca de Mary Shelley, Fiona Sampson. La biografía de la autora de Frankenstein, de cómo tuvo que sobreponerse a las pérdidas y persistir en su deseo de ser escritora, a pesar de su familia, las parejas, las amistades y la sociedad opresiva que le tocó.
*Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social, Simone Weil. Un libro de ¡1934! El trabajo, la explotación de los hombres y las mujeres se vuelve necesaria para la supervivencia de todo sistema económico, y los marxistas aún no saben cómo resolverlo. Este texto es tan actual que deberíamos comentarlo hasta el agotamiento.
En fin, la vida familiar no es ya más que ansiedad desde que la sociedad se ha cerrado a los jóvenes. La misma generación para quien la afiebrada espera del porvenir es su vida íntegra, vegeta, en el mundo entero, con la conciencia de que no tienen ningún futuro, que no hay lugar para ella en nuestro universo. Por otra parte, este mal, si bien es más agudo en los jóvenes, es común a toda la humanidad actual. Vivimos en una época privada de futuro. La espera de lo que vendrá ya no es esperanza sino angustia.
Y al final del libro, casi una descripción de nuestra mi situación actual.
La presencia de innumerables desocupados, la cruel necesidad de mendigar un puesto, hacen que el salario parezca menos un salario que una limosna. Los mismos desocupados tienen a bien ser parásitos involuntarios y por otra parte miserables, y no lo son menos. En general, la relación entre el trabajo proporcionado y el dinero recibido es tan difícilmente captable que parece casi contingente, de manera que el trabajo parece una esclavitud y el dinero un favor.
Simone Weil, «Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresión social»
Esta lista no busca ser definitiva sino apenas descriptiva y acaso motivante. Y así.
La primera mitad del año tuve una racha bastante bonita de escritura. Quién sabe cuándo se volverá a repetir. También me di cuenta de que tengo una fijación con los números. Comparto algunos de los poemas que escribí.
Rufo
Era güero, de ojos color miel.
Atlético. Tranquilo.
Nos acompañaba al campo deportivo de la colonia
o, sentado junto a nosotros, en las escalinatas,
también esperaba a la abuela
que regresaba cada sábado
de visitar a alguno de nuestros tíos
del reclusorio.
Cuando llovía, algún vecino se turnaba
para resguardarlo en su patio techado.
Encontré una fotografía de él. En la oscuridad
solo se distinguen sus ojos, como dos luces rojas.
Nunca lo acaricié. Era miedosa y algo – todavía–
me causaba desconfianza: era su cola.
Un cartílago mal cauterizado, erecto.
De niña lo imaginaba como una salchicha,
o un miembro erróneamente situado.
Su hermano de camada
vivía en el techo de la casa de la esquina
y era bravo.
En cambio él se dormía en las esquinas
apaciblemente.
No recuerdo cada cuándo le servíamos de comer,
no recuerdo si ladraba,
no recuerdo si alguna vez tuvo dueño.
Después. En el barrio ya no se abría la puerta a los extraños.
Los patios se convirtieron en más habitaciones y se alzaron otros pisos.
Dejamos de ser niños. No queríamos jugar.
Dejé de frecuentar la casa de la abuela y cuando iba
no la esperaba afuera.
No había con quién, quién me cuidara.
Hacía tiempo la perrera se había llevado a Rufo.
0:20 am
Grazna quedo en lo alto del árbol la urraca
que duerme
El grillo frota sus patas escondido bajo las hojas
Canta José José –sin saber –
para el festejo del vecino
Ladra el perro y contesta otro en otra calle
asustado por las sombras
Nos han recomendado dormir ocho horas
Pero estamos aquí, como si el insomnio alargara nuestras vidas
desafiantes de nuestros sentidos
de mantener la cordura, la razón
Como si te pudieras embriagar de puro calor
en esta noche de 31 grados centígrados
Culpable soy yo, dice la siguiente canción
de la no concurrida fiesta
Aún huele al humo de la zafra de ayer
A diesel también, a combustible
¿sabías que para cortar la caña primero hay que quemarla?
para que no lastime, para que no muerda
Nunca he sido tuyo, dice la canción.
Hace un segundo parpadée y era viernes
he abierto los ojos en sábado
Se escucha el ladrido del perro en otra calle
¿será el mismo perro o es el ladrido el que va cambiando de animal?
Esa pared, dice Leo Dan,
en la fiesta del vecino
Cállese por favor, cacarea la gallina
Nos han dicho que durmamos ocho horas para vivir más tiempo
pero aquí estamos, desafiando
la esperanza de vida
jugándole al loco en el trópico
inhalando anhídrido carbónico
escuchando llorar a los perros que no alcanzan al gato
Prende el aire porque el calor no más no me deja
contar mis ovejas
Auuf uf uf uf, dice el perro,
a qué horas se van a callar.
Algún otro
Ponerse a gritar a la una de la madrugada
es muy de gato.
Dejarse llevar por la necesidad
del apareamiento.
Chillar, maullar, alzar el lomo,
erizar la cola.
Eso que para nosotros suena
a la mayor desesperanza
al abandono, al ruego,
entre ellos es
la afinada serenata del cortejo,
el amor.
A veces el gato es un trovador
ebrio
que canta de techo en techo.
el acorde solitario.
A veces algún otro lo acompaña
y entonan al unísono.
La melodía se acaba
cuando alguno desafina
después del zarpazo.
Mi gata se perdió un día
Estuve a punto de echarme a llorar
porque se había perdido mi gata
Pero escuché un chillido
audible únicamente para el oído entrenado
miiiii
Era ella, escondida detrás de un tinaco
bajo la luna menguante
a las once de la noche
de esta sequía de mayo
Mi gata no sabe bajarse de los árboles
que segundos antes trepó
Mi gata no sabe defenederse de su propia camada
cuando la persiguen
Mi gata no conoce los peligros de la avenida
Ella nació en el jardín
este jardín que recorre en treinta segundos
– que son días para el tiempo del gato–
Mi gata estuvo perdida un día completo
– que son meses para ella–
Subí al techo a rescatarla
no por el árbol, por la escalera
Con el miedo que me provoca
la caída
la noche
el calor
la picadura de alacrán que se esconde debajo del tabique
Mi gata no sabe andar por los tejados
tiene miedo a las alturas
Yo, a las bajadas
Por eso nos entendemos,
nos une el instinto mamífero
atrofiado
el trauma heredado de la madre
Bajé a mi gata en brazos,
le di de comer
Masticó con ansiedad las croquetas
sorbió un poco de agua
Después se recostó sobre el haz de luz que proyectaba un foco
para acicalarse ahí donde puse mis manos
Más tarde también me di un baño,
me cambié la ropa
Aún no está averiado nuestro instinto
el de borrar el rastro
el olor a miedo.
POINTLESS
Mary Shelley tuvo tres nombres
Mary Godwin, como la nombró su padre
quien después se arrepintió porque la hija
no conservaría el carácter radical de Mary ni el rigor
Lector es una palabra que viene cargada, como casi todos los sustantivos que terminan en -or. Como señor, doctor, escritor, profesor. Se refieren a un hombre adulto y, en el caso del lector, uno que se percibe a sí mismo como muy interesante.
Lector es una palabra adulta y aburrida, con la que ni las jóvenes, ni las infancias a las que pretendemos acompañar quieren identificarse. Por eso quiero traer al imaginario común a la lectora. La mujer niña o adulta que, a pesar de los silenciamientos sistemáticos de nuestras realidades, ahí ha estado siempre.
No solo la mujer objeto de la literatura, una especie de contraparte de don Quijote, como Emma Bovary, sino una lectora viva pero también la deseada y pensada desde la experiencia de las mujeres. Nosotras no somos las últimas lectoras. Nosotras seguimos leyendo y no nos vamos a cansar de hacerlo hasta que nuestra curiosidad quede satisfecha; para emanciparnos, e incluso como ejercicio de nuestra libertad, leemos.
Algunas lectoras reales e imaginadas por nosotras:
• Scout Finch, la narradora de Matar a un ruiseñor, de Harper Lee.
• Juana de Asbaje, la niña que fue Sor Juana Inés de la Cruz. Me la imagino devorando la biblioteca del abuelo.
• Paloma y la portera de La elegancia del erizo
• Jo March de Mujercitas
• Anne Shirley de Anne With an E
• Elizabeth Bennet de Orgullo y Prejuicio
¿Me ayudas a seguir construyendo este imaginario de lectoras? Puedes compartir tus impresiones en los comentarios o en mi instagram.
Esta página se sostiene de manera autónoma, puedes colaborar conmigo invitándome un café y con ello aseguramos muchas mañanas y noches frescas de escritura.
Evidentemente esta no es una mala reseña sobre ninguna obra de Le Guin. Tampoco se trata de que no entendí su obra o de que me pareció poco interesante, ni mucho menos. Simplemente quiero compartir mi frustrada experiencia de no tener el tiempo suficiente para terminar ninguno de los libros que me propuse para el mes de febrero, ni de poder sentarme, sino hasta ahora, a escribir esta breve queja.
Desde el 2016 tenía unas ganas inmensas de conocer su escritura, porque había estado recibiendo recomendaciones de varias personas y escritores que me interesan. Pero en aquellos años no encontraba ni en las librerías de viejo ni en las de nuevo, un libro en español de la autora y, bueno, yo había perdido la costumbre de ir a la biblioteca y mucho menos tengo el don de leer en inglés. También me negaba a leer en formato digital pues había estado harta de las pantallas. Hasta hace algunos meses esas proezas me parecían ya lejanas. Quería tener el documento físico que me hiciera sentir cerca realmente a la literatura de la autora. Después de mucho buscar, cierto día me encontré en El Sótano de Miguel Ángel de Quevedo el segundo tomo de Cuentos de Terramar y, aunque quise leer algunas primeras páginas, no conseguí adentrarme en la historia. Consideré en ese entonces que se debía a que estaba empezando a la mitad y me faltaba un contexto. Dejé el libro entre los muchos pendientes de mi pila personal.
Gandhi acaba de sacar a la venta esta novedad, por cierto, ilustrado y en español.
El año pasado, justo unos días antes del 8 de marzo, fui a la librería El Péndulo en la Zona Rosa, a recoger unos ejemplares de Chimamanda Ngozi Adichie «Todos deberíamos ser feministas» (fui hasta allá porque era la única librería con existencias, todos los demás ejemplares estaban agotados, el librero me comentó que los libros de la escritora nigeriana se estaban vendiendo mucho en los días cercanos al Día de la Mujer). Como es mi costumbre husmear entre las mesas de ofertas y novedades, en una de ellas vi el libro Catwings de Le Guin: una antología de cuentos sobre una familia de gatos alados. El precio era un poco elevado debido a que era novedad editorial, traducción al español y producto de importación. Aún así me sentí entusiasta y lo compré. Recuerdo que pocos días después leí el primero de los cuatro cuentos de esa colección. Me encantó. La primera historia es conmovedora, se trata de una madre gata con sus cachorros, que son los gatos alados, a los que va educando para que sepan moverse en el mundo, pero como tienen alas, también tiene que enseñarlos a perder el miedo. Al final del primer cuento, la madre dice a los gatitos que se vayan a un lugar mejor, al campo, allá tendrán una oportunidad de vida más apacible, lejos de los crueles humanos y de la salvaje ciudad que no los entiende. Los gatitos Taby llegan al campo y conocen a una hermanita y hermanito. Yo también huí de la ciudad como los gatos alados. Y dejé el libro ahí.
Vinieron los meses iniciales de la pandemia. Ya sabemos que para mantenernos entretenidos y en casa, algunas plataformas liberaron ciertos contenidos. Me enteré de que lanzaron gratuitamente un documental titulado «Los mundos de Úrsula K. Le Guin», el cual comenzamos a ver en casa a la hora de la comida. Me pareció interesantísimo, pues nos muestra, como típico documental, los testimonios de familiares, amigos, colegas, estudiosos y admiradores de la obra de la escritora, pero también fragmentos de entrevistas a ella misma. Es revelador cómo una persona, en este caso, la escritora, hace autocrítica de una situación familiar: la romantización de los indígenas. Úrsula aporta sus comentarios sobre la explotación que padeció Ishi, el último descendiente de una comunidad yahi de California, y de cómo esta persona le entregó su vida y sus saberes a su padre, el antropólogo Alfred Kroeber; por eso el K. Le Guin. Pero la hora de la comida a veces no es ni una y el documental va más allá de los 60 minutos. Tampoco lo terminé.
Este año, el año del futuro, me he propuesto leer cada mes a una autora diferente. Todo ha marchado de maravilla, excepto en el mes de febrero que me propuse leer a Úrsula K. Le Guin. Los primeros días pude compartir con los estudiantes de la prepa la lectura de «Los que se marchan de Omelas», cuento que no había leído nunca antes. Me pareció genial. Seguí con mi propósito. En Amazon vi que estaban lanzando la novela Lavinia, cuya reseña me cautivó: es la historia de esta esta joven, hija de Latino quien ve turbada su paz cuando comienzan a llegar los pretendientes. Es el tipo de historias que me gustan Antigua Roma + Novela + personajes de La Eneida + Úrsula K. Le Guin. Me descargué el libro. Todas las noches adelantaba unas cuantas páginas, pero, por más esfuerzo que puse, el sueño me vencía y no pude adelantar más allá del 12% de acuerdo con el contador del Kindle.
Portada de Lavinia
Estuve a punto de terminar la película que está en la plataforma de Netflix, «Los cuentos de Terramar» (2006), un filme animado del Studio Ghibli. Me quedó mucho más claro de qué va la historia y quiénes son los personajes. Solté unas lágrimas a la mitad de la película, por una canción hermosa que entona Theru. Por alguna razón, quizá por distracción o por hacer algo urgente del trabajo, le puse pausa a la película y no la terminé.
Escena de Cuentos de Terramar, de Studio Ghibli
Y como digo, esto no me pasó en enero con Shirley Jackson, ni en marzo con Samanta Schweblin, de quien pude leer completitas dos se sus colecciones de cuentos. Tampoco me está pasando con la autora de abril, mi amada Alice Munro. Creo firmemente que una escritura tan poderosa, multifacética y profunda como la de Úrsula K. Le Guin no se lleva con el multitasking. La obra de la autora requiere de su lectora la atención plena e interesada. Dejaré pasar unos cuantos meses. Le prometo a Úrsula que la próxima vez me adentraré en sus textos con una mente y un espíritu completamente despejados. ❤
«Mientras la señora Winning daba de comer a la niña y trataba de anticiparse a los gestos de servir de su suegra, pensó —aquel día con más intensidad que nunca— que al menos les había dado otro Howard, con los ojos y la boca de los Winning, a cambio de cama y comida.» Shirley Jackson, El jardín de flores
Me gustan las escritoras que desde el inicio asumen una postura, las que son claras, las que evitan los rodeos. Shirley Jackson es una de ellas. Como me ocurre últimamente con muchas autoras, cada que terminaba un cuento de Jackson me preguntaba cómo podría haber pasado un día más sin haberla conocido.
Llegué a Shirley Jackson y me quedé con ella casi todo el mes de enero. Aunque la curiosidad por conocerla nació desde diciembre, una vez que vi la película Shirley (2020) protagonizada por Elisabeth Moss (Mad Men, El hombre invisible, El cuento de la criada). Por cierto, recomiendo este filme que aborda un episodio ficticio de la vida de Shirley Jackson y una joven que llega como huésped, junto con su esposo, a la casa que la escritora comparte con su marido. Lo que comienza como una relación hostil se convierte en una complicidad de lo doméstico, lo íntimo y lo creativo.
A inicios del año busqué el cuento más célebre de la autora, «La lotería» y encontré una antología de cuentos publicada por Random House en formato digital. Leí uno o dos cuentos cada noche.
Al leer la biografía de la escritora, encontré que su obra es clasificada dentro del género del terror, sin embargo, la antología que leí no contiene narraciones que, desde mi punto de vista, se inserten en esta clasificación. Más bien, encontré relatos que, a pesar de haber sido escritos a mediados del siglo XX, exponen problemáticas aún vigentes como: la opresión de la mujer, los roles de género, el hastío por el trabajo asalariado y el racismo.
«Tommy era un hombrecillo menudo, feo y despierto. Mientras lo observaba, la señorita Style se dijo: ese hombre tiene que levantarse y venir a trabajar cada mañana, igual que yo y que todo el resto del mundo; la lluvia es sólo una más entre los millones de cosas desagradables de cada día, como levantarse de la cama para ir al trabajo.»
Shirley Jackson, Elizabeth
Las situaciones que la autora retrata en sus cuentos son cotidianas y realistas. En muchos de ellos la tensión psicológica se construye sobre un hábito irracional e ilógico que provoca ansiedad entre los personajes. Las situaciones que la autora retrata en sus cuentos son cotidianas y realistas. En muchos de ellos la tensión psicológica se construye sobre un hábito irracional e ilógico que provoca ansiedad entre los personajes.
En sus narraciones encontramos los tópicos de la espera, el personaje ausente o de la impostora. Los relatos presentan una gama de personajes femeninos que por lo regular son protagonistas y pueden ser mujeres trabajadoras, amas de casa abnegadas o jóvenes independientes y mujeres que están a gusto con su soltería y libertad.
«Abrió el bloc por una hoja en blanco y copió un párrafo del manuscrito, pensando que podía cambiarlo y ponerlo en boca de una mujer, en lugar de atribuirlo a un hombre; a continuación escribió otra nota: “Hacerlo en mujer; utilizar cualquier nombre menos Helen”, que era el nombre de la mujer de la historia.»
Shirley Jackson, Elizabeth
Me gustaría, en este espacio, reivindicar a Shirley Jackson no solo como una escritora del género de terror, sino como una una autora con mirada crítica la sociedad de su tiempo. En este sentido, me recuerda a Amparo Davila y su cuento «El huésped». Ambas autoras logran crear ambientes sombríos donde el elemento ausente detona una trama y el lector puede darle forma bien de un espectro, bien de un ser imaginario o de una persona. Y este solo es el pretexto para señalar las conductas más oscuras de la psique humana. Creo que los cuentos que ejemplifican mejor mi opinión son: La lotería, La bruja, El renegado y El jardín de flores.