Mis libros favoritos del 2022

El año 2022 me fue muy bien en cuestión de lecturas. En otros ámbitos no tanto, pero bueno, eso es otro tema.

Con respecto a mis lecturas, leí cuatro autoras Premio Nobel de Literatura y otros libros sobre gatos y la Revolución Mexicana. Hice un video al respecto, aunque les puedo compartir el resumen escrito.

Coméntenme qué libro fue su favorito en 2022, si coincidimos en alguno y cuál me recomiendan para este nuevo año.

Como saben, me encanta explorar varios géneros, así que divido mis lecturas en estas categorías: novela, cuento, otros géneros y poesía, este al final porque dos de los poemarios que leí dejaron una hermosa huella en mi corazón.

📚 NOVELA

  • El acontecimiento, Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura 2022. La protagonista cuenta su experiencia de practicarse un aborto en un entorno hostil en la década de los 60, en Francia.
  • El corazón es un cazador solitario, Carson McCullers. Seguimos a cinco almas solitarias: una adolescente, un doctor afrodescendiente, un marxista, un cantinero y un mudo, en un verano al sur de Estados Unidos, en los años 30.
  • Los recuerdos del porvenir, Elena Garro. La gran novela de esta autora mexicana, donde el protagonista es el pueblo de Ixtepec, durante la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera.
  • Pedro Páramo, Juan Rulfo. Una novela sobre las consecuencias del machismo en todo un pueblo.
  • Gatos ilustres, Doris Lessing, Premio Nobel de Literatura 2007. La escritora nos cuenta la vida de los gatos que más ha amado.
  • Miau, Benito Pérez Galdós. La familia de los Villaamil ha llegado a un momento de precariedad del que es difícil salir.
  • La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero. Una novela sobre el duelo de Madame Curie pero también del amor a su ciencia.
  • Una novela criminal, Jorge Volpi. Crónica detallada sobre el montaje de un secuestro que llevó a la cárcel a Florence Cassez e Israel Vallarta.

📚 CUENTO

  • Catwings. Las aventuras de los gatos alados, Úrsila K. Le Guin. Cinco cuentos sobre una familia de hermanos gatos que han nacido con alas y su búsqueda de un hogar.
  • La cruzada de los niños, Marcel Schwob (Vientos del pueblo). Una crónica ficticia sobre una peregrinación de niños que viajan de Europa a Jerusalén.
  • De noche vienes, Elena Poniatowska (Vientos del pueblo). Esmeralda, una enfermera de la Ciudad de México, es acusada de poligamia. En un tono divertido y satírico se nos cuenta su declaración en el Ministerio Público.
  • Fusilados, Nellie Campobello (Vientos del pueblo). Fragmento de la obra Cartucho, sobre los soldados y guerrilleros de la Revolución Mexicana en el norte de México.
  • Felicidad y otros cuentos, Katherine Mansfield. Un conjunto de narraciones sobre la intimidad familiar y la subjetividad de las mujeres. Con muchos finales inesperados.

📚 OTROS GÉNEROS

  • Emma y las otras señoras del narco, Anabel Hernández. Crónica sobre las relaciones de mujeres famosas, políticas y operarias de los cárteles del narcotráfico en México.
  • La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura, 2015. Recopilación de testimonios sobre las mujeres de la URSS que participaron en la Segunda Guerra Mundial así como las consecuencias vitales, psicológicas y materiales que conlleva.
  • El hombre en busca de sentido, Víktor Frankl (A raíz de mi lectura de La bailarina de Auschwitz de Edith Eger). La experiencia del autor en los campos de concentración de la SGM.
  • Sensacional de escrituras, Alejandra Eme Vázquez et al. Un ensayo lúdico sobre las implicaciones de la escritura. Incluye ejercicios, test y cuestionamientos filosóficos.
  • La mujer invisible. Cómo los datos configuran un mundo diseñado por y para los hombres, Caroline Criado Pérez. Expone las causas y consecuencias de un mundo diseñado a imagen y forma masculina.
  • Trabajos de mierda de David Groeber, una reflexión sobre los trabajos diseñados para aumentar la burocracia por una mala paga, y con ello abonar a la estratificación del trabajo, la precarización laboral y la desigualdad social.

📚 POESÍA

  • El libro de María, Rainer María Rilke. Episodios sobre la vida de María, la madre de Jesús.
  • Elegías de Duino, versión de Juan Rulfo, Rainer María Rilke. Asombroso.
  • Noche fiel y virtuosa de Louise Glück. Se explora el tema de la vejez y me llamó grandemente la atención que se usa una voz poética masculina, un alter ego de la poeta. Es una lectura que recomiendo para quienes conozcan a Louise Glück o para quienes se interesen en los temas de la vejez y la finitud de la vida.

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Acá puedes ver el video con todos mis comentarios.

Poemas del cambio climático

La primera mitad del año tuve una racha bastante bonita de escritura. Quién sabe cuándo se volverá a repetir. También me di cuenta de que tengo una fijación con los números. Comparto algunos de los poemas que escribí.

Rufo

Era güero, de ojos color miel.

Atlético. Tranquilo.

Nos acompañaba al campo deportivo de la colonia

o, sentado junto a nosotros, en las escalinatas,

también esperaba a la abuela

que regresaba cada sábado

de visitar a alguno de nuestros tíos

del reclusorio.


Cuando llovía, algún vecino se turnaba

para resguardarlo en su patio techado.

Encontré una fotografía de él. En la oscuridad

solo se distinguen sus ojos, como dos luces rojas.


Nunca lo acaricié. Era miedosa y algo ­­– todavía­–

me causaba desconfianza: era su cola.

Un cartílago mal cauterizado, erecto.

De niña lo imaginaba como una salchicha,

o un miembro erróneamente situado.


Su hermano de camada

vivía en el techo de la casa de la esquina

y era bravo.

En cambio él se dormía en las esquinas

apaciblemente.


No recuerdo cada cuándo le servíamos de comer,

no recuerdo si ladraba,

no recuerdo si alguna vez tuvo dueño.

Después. En el barrio ya no se abría la puerta a los extraños.

Los patios se convirtieron en más habitaciones y se alzaron otros pisos.

Dejamos de ser niños. No queríamos jugar.


Dejé de frecuentar la casa de la abuela y cuando iba

no la esperaba afuera.

No había con quién, quién me cuidara.

Hacía tiempo la perrera se había llevado a Rufo.



0:20 am

Grazna quedo en lo alto del árbol la urraca

que duerme

El grillo frota sus patas escondido bajo las hojas

Canta José José –sin saber –

para el festejo del vecino

Ladra el perro y contesta otro en otra calle

asustado por las sombras


Nos han recomendado dormir ocho horas

Pero estamos aquí, como si el insomnio alargara nuestras vidas

desafiantes de nuestros sentidos

de mantener la cordura, la razón

Como si te pudieras embriagar de puro calor

en esta noche de 31 grados centígrados


Culpable soy yo, dice la siguiente canción

de la no concurrida fiesta


Aún huele al humo de la zafra de ayer

A diesel también, a combustible

¿sabías que para cortar la caña primero hay que quemarla?

para que no lastime, para que no muerda


Nunca he sido tuyo, dice la canción.

Hace un segundo parpadée y era viernes

he abierto los ojos en sábado

Se escucha el ladrido del perro en otra calle

¿será el mismo perro o es el ladrido el que va cambiando de animal?


Esa pared, dice Leo Dan,

en la fiesta del vecino


Cállese por favor, cacarea la gallina


Nos han dicho que durmamos ocho horas para vivir más tiempo

pero aquí estamos, desafiando

la esperanza de vida

jugándole al loco en el trópico

inhalando anhídrido carbónico

escuchando llorar a los perros que no alcanzan al gato


Prende el aire porque el calor no más no me deja

contar mis ovejas

Auuf uf uf uf, dice el perro,

a qué horas se van a callar.


Algún otro

Ponerse a gritar a la una de la madrugada    

es muy de gato.

Dejarse llevar por la necesidad

del apareamiento.

Chillar, maullar, alzar el lomo,

erizar la cola.


Eso que para nosotros suena

a la mayor desesperanza

al abandono, al ruego,

entre ellos es

la afinada serenata del cortejo,

el amor.


A veces el gato es un trovador

ebrio

que canta de techo en techo.

el acorde solitario. 

A veces algún otro lo acompaña

y entonan al unísono.    


La melodía se acaba

cuando alguno desafina

después del zarpazo.


Mi gata se perdió un día

Estuve a punto de echarme a llorar

porque se había perdido mi gata

Pero escuché un chillido

audible únicamente para el oído entrenado

miiiii

Era ella, escondida detrás de un tinaco

bajo la luna menguante

a las once de la noche

de esta sequía de mayo


Mi gata no sabe bajarse de los árboles

que segundos antes trepó

Mi gata no sabe defenederse de su propia camada

cuando la persiguen

Mi gata no conoce los peligros de la avenida


Ella nació en el jardín

este jardín que recorre en treinta segundos

– que son días para el tiempo del gato–

Mi gata estuvo perdida un día completo

– que son meses para ella–


Subí al techo a rescatarla

no por el árbol, por la escalera

Con el miedo que me provoca

la caída

la noche

el calor

la picadura de alacrán que se esconde debajo del tabique


Mi gata no sabe andar por los tejados

tiene miedo a las alturas

Yo, a las bajadas

Por eso nos entendemos,

nos une el instinto mamífero

atrofiado

el trauma heredado de la madre


Bajé a mi gata en brazos,

le di de comer

Masticó con ansiedad las croquetas

sorbió un poco de agua

Después se recostó sobre el haz de luz que proyectaba un foco

para acicalarse ahí donde puse mis manos


Más tarde también me di un baño,

me cambié la ropa

Aún no está averiado nuestro instinto

el de borrar el rastro

el olor a miedo.



POINTLESS

Mary Shelley tuvo tres nombres

Mary Godwin, como la nombró su padre

quien después se arrepintió porque la hija

no conservaría el carácter radical de Mary ni el rigor

intelectual de Godwin –según él, por supuesto–


Después se llamó Mary Shelley

Con el que no pudo firmar durante algún tiempo

porque aquel señor le prohibió usar el apellido

del poeta, de la insigne familia

para procurar su subsistencia.


Y su nombre no valía.


Otro día firmó: «La autora de Frankenstein»

No la definía entonces la cuna

ni la protección del varón

sino su creatura, un libro,

su monstruo personal y arquetípico.

De donde brota el loto

El día de mi cumpleaños lo quise festejar dándome un regalo: la publicación de mi primer libro. A pesar de las situaciones actuales, en esencia no cambió el plan que tenía para este momento.

«De donde brota el loto» es un poemario que ha ido desarrollándose entre las pandemias. Algunos de los poemas del inicio datan de 2009; mientras que aquellos más «maduros» recibieron sus últimos retoques apenas hace unos días.

Tengo la convicción de que las manifestaciones creativas deben ser accesibles y abiertas a todo público, pero también defiendo la escritura de las mujeres como un oficio que necesita ser reconocido y retribuido, por ello comparto este trabajo poético de dos maneras:

«De donde brota el loto» se puede leer gratuitamente aquí.

También se puede leer desde Kindle a un precio simbólico. Ver aquí.

Mi interés principal es que estás palabras sean leídas, si acaso, que puedan ser apreciadas y, sería un verdadero sueño hecho realidad, que sean compartidas y que inviten a otros al gusto por la poesía y la escritura.

Este es mi regalo a la Drusila de 2009, que una madrugada de abril se despertó con unas palabras que se le atoraban en la garganta y en una libreta de hojas blancas las escribió, una debajo de la otra.

Amigas, amigos, están invitados a leer.

Escribir la autobiografía. Encontrar las raíces

En el texto donde hablé de El derecho a escribir (El camino del artista) comenté que uno de los ejercicios que propone Julia Cameron para despertar la creatividad es la escritura de una línea de vida. Esta actividad es muy útil, no solo para la creatividad sino algo todavía más profundo, para conocer el origen de nuestra creación misma. Con creación me refiero a de dónde venimos, nuestro origen.

En el Diplomado en los Avances de las Constelaciones Familiares, que cursé en el Instituto Luz sobre Luz, respaldado por CUDEC, el trabajo final consiste en entregar la escritura de la “Autobiografía”. Este ejercicio es tan necesario y útil para cualquier persona, que vale la pena compartir en qué consiste. Dependiendo del tipo de familia en que te tocó nacer, será una empresa sencilla o titánica, un camino fluido o lleno de baches (como a mí me tocó) una labor de recopilación o de investigación. De cualquier manera, adentrarse en las raíces del árbol de la vida resulta una experiencia de autoconocimiento y, sobre todo, un camino para sentirse completo y con seguridad en la vida.

Construir la autobiografía

De acuerdo con lo sugerido en el diplomado, supone:

  • Dibujar el árbol familiar. Obviamente en las raíces van los bisabuelos y en las ramas los bisnietos.
  • Escribir lo que fue pasando en tu vida, año con año; desde el año 0 al 1 y así hasta tu edad actual. Anexar una foto de cada año y una descripción de la misma.
  • Recapitular en ciclos de 7 años tu vida. Destacar los principales cambios y dinámicas que se repitan. (Esto es lo más parecido a la sugerencia de Julia Cameron).
  • Describir a cada miembro de tu familia en una cuartilla (sus principales características de personalidad y los hechos más relevantes de su vida). Añadir una fotografía del familiar y una breve descripción de la misma.
  • Identificar el linaje, de acuerdo con del sexo del autor. Si es masculino, será la línea de hijo, papá, abuelo, bisabuelo. Si es femenino: hija, mamá, abuela, bisabuela.
  • Como extra: se pueden escribir “cartas” de agradecimiento a algunos miembros del sistema familiar.

Es importante considerar que los datos y hechos escritos deberán ser reales, es decir, no es un relato de ficción en donde el autor tenga que completar los hechos con alguna invención. Es mejor la sinceridad cuando se desconoce o no se está seguro de los datos. Asimismo, es importante que el escritor omita el juicio hacia los miembros que describe.

Todos están incluidos. Con esto me refiero a que se tiene que escribir sobre la vida y reconocer la presencia de los siguientes miembros de la familia: padres biológicos y sus hermanos, abuelos biológicos y sus hermanos, bisabuelos biológicos. En esta indagación no están incluidos los padres adoptivos o miembros políticos de la familia, pues se trata de reconocer el origen de la propia vida y mirar, quizá por primera vez, a aquellos que habían sido excluidos.

Las revelaciones que surgen a partir de la escritura de la autobiografía tocan dimensiones no vistas por el autor. Por ejemplo, uno puede darse cuenta de que ciertos patrones de vida se repiten en el árbol familiar: profesiones, enfermedades, causas de muerte, dinámicas entre las parejas, costumbres arraigadas. El solo hecho de poner a la luz una dinámica oculta, en sí mismo es una puerta hacia la sanación de hábitos o formas de relacionarse que han perjudicado a nuestra familia, y nosotros mismos, por generaciones.

 

¿Qué tanto investigar?

Seamos conscientes de que en algunas familias las historias de personas o de hechos del pasado están veladas, en ocasiones incluso está prohibido hablar de ciertos temas o se guardan secretos celosamente. El interés de la autobiografía, en este contexto, no es el de un ministerio de la verdad en el que sea necesario enlistar todos los acontecimientos sin omitir detalles; no, la importancia está en no excluir personas, pero se respeta aquella información que no está permitido saber; consideremos que, a veces, la familia decide ocultar información para evitarnos algún daño. Por esta razón tampoco será prudente preguntar más allá de donde quieran respondernos nuestros familiares. Si notamos que alguien no sabe, no se acuerda o simplemente se siente incómodo contando algunos hechos o hablando de ciertas personas, ahí paramos. Esto también se mira y se integra.

Sin embargo, para la búsqueda de los nombres completos, fechas y lugares de nacimiento, nos podemos apoyar de algunas herramientas digitales que nos ayudan a encontrar estos datos y otros eventos importantes como matrimonios, bautismos, cruces de frontera y defunciones. Las dos principales herramientas que recomiendo son Family Search y Ancestry.

Family Search es una base de datos creada por la comunidad de La Iglesia de los Santos de los Últimos Días (mormones). Comienzas creando tu árbol familiar y sus buscadores te permiten encontrar datos de la vida de las personas añadidas. Es completamente gratuito.

Ancestry ofrece un servicio similar, sin embargo, hay que pagar una cuota por acceder a ciertos documentos; no obstante, con el mes de prueba puedes avanzar bastante en la documentación de tu árbol genealógico. Además, puedes actualizar las búsquedas con Family Search y hacer búsquedas cruzadas con este.

Familias novohispanas. Es una base de datos ofrecida por Geneanet y el Seminario de Genealogía Mexicana (Instituto de Investigaciones Históricas- UNAM) en donde puedes encontrar datos de tus ancestros, sobre todo si hay en tu familia inmigrantes de Europa que hayan venido a México en los siglos XVIII y XIX.

Para finalizar

En mi experiencia personal, la investigación y búsqueda de mis raíces me ha dejado muchas satisfacciones. Digamos que sabía un 5% de la información de mis ancestros y ahora estoy en un 80%. Tan solo con algunos datos de acontecimientos he llegado a conocer cercanamente a mujeres y hombres de los que antes no sabía ni su nombre. Aunque ya no estén presentes, las historias de su vida, los lugares donde vivieron, las personas con las que se relacionaron nos conectan. Por primera vez, después de muchos años, sé que pertenezco a un lugar, a una familia. Ahí están mis ancestros, mis hombres y mujeres, mis raíces, la fuerza de donde vengo.

Amor profundo

Hace un año, quizá un poco menos, estuve preparando una serie de poemas para mandarlos a un concurso, en realidad a dos. Preparando no quiere decir escribiendo, sino repasando, corrigiendo, tratando de hacer inteligibles aquellas palabras. Los pobres poemas no consiguieron nada en los concursos, pero eso no es lo que quiero contarles.

El caso es que estaba yo con los poemas y justo en esos días adquirí un extraño padecimiento en las encías. Eran como una especie de aftas que nacían en las encías, a la altura de los dientes caninos. Digo «una especie de aftas» porque no eran aftas, era algo peor, eran una cosa horrible y dolorosa. Implicaba un suplicio lavarse los dientes, comer o tomar una rica taza de café caliente; esto era lo que más padecía. Estaba tan ocupada con el trabajo que aplacé la visita al dentista durante dos semanas. Los remedios caseros y el lavado constante con productos del botiquín no aportaban alguna mejora; al contrario, cada día sentía y veía como esas heridas se agrandaban. Tenía miedo de perder mis dientes, de tener alguna infección, de no encontrar una solución a esta enfermedad que terriblemente consumía mis encías.

Mientras los días pasaban, me di cuenta de que este alboroto era, más que de salud, existencial, y que se debía a que estaba poniendo mi atención en algo que realmente me interesaba: la poesía.

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